Mejorar la seguridad de los pacientes, se ha convertido en una meta prioritaria en la políticas de calidad de los sistemas de salud y se han adoptado estrategias por diversos organismos  internacionales (UE, OMS; OCDE; etc,); orillando  a crear una disciplina llamada gestión de riesgos  teniendo como objetivo el estuido de los efectos adversos derivados de la asistencia mediante su detección y análisis, para diseñar estrategias para su prevención,generando una cultura de preocupación por la seguridad. 
La practica de esta seguridad enfocada al paciente debe ser en equipos multidisciplinarios con abordajes epidemiológicos, clínicos, organizacionales y estar en los programas de calidad, este proceso de gestión de riesgos debe realizarse en tres fases:
a) identificación
b)evaluación-análisis: de la frecuencia, el costo y la gravedad del riesgo.
c)tratamieto: al conjunto de actuaciones para prevenir el riesgo eliminandolo, y si no es posible reducirlo.

Cada país de acuerdo a sus necesidades de prevención de estos riesgos ha planteado estrategias, las cuales también se aplican a nuestro país, teniendo el enfoque sistemico propuesto por el Comité Europeo, considerando de mayor importancia las siguientes:
a) promover y desarrollar el conocimiento y la cultura de la seguridad del paciente entre los profesionales de la salud en cualquier nivel de  atención médica.
b)Realizar una campaña de comunicación sobre seguridad del paciente e impulsar la Alianza Mundial sobre la seguridad del paciente.
c)  evaluación de la seguridad
d)fuente de datos y sistemás de comunicación del incidente
e)factores humanos
f)facultades de pacientes y participación de los ciudadanos
g)educación para la seguridad del paciente
f)programas de investigación en los profesionales de la salud y de los pacientes sobre seguridad
g)Marco juridico
h)Aplicación de la política de la seguridad del paciente

La aplicación adecuada de esta gestión no es culpar ni castigar, sino evitar que ocurran los erores, ya sean humanos o del sistema, exigiendo una mayor transparencia  en los sitemas de atención  de la salud y una mayor predisposición por parte de los profesionales de la salud para reconocer nuestros errores.

Despues de todo , errar es de humanos, pero ocultar los errores es imperdonable; y no aprender de ellos no tiene excusas. Todos cometemos errores, pero tenemos el deber de aprender de ellos y de encontrar la forma para asegurarnos de que nunca más vuelvan a causar daño.