Nos hemos dado cuenta que en efecto la atención sanitaria es cada vez más compleja: los procesos asistenciales suponen una combinación de actuaciones, tecnologías e interacciones humanas de un gran número de profesionales de la salud. La medicina ha pasado de ser simple, poco efectiva y relativamente segura a convertirse en compleja, efectiva pero potencialmente peligrosa.
El escenario sanitario se ha complicado produciendo un cambio cultural importante en la sociedad, se ha pasado de considerar los efectos adversos de la asistencia sanitaria como el tributo a pagar por el progreso científico, esta creciente complejidad  de los sistema de salud y del entorno de la práctica clínica, supone un nuevo estilo de ejercicio de las ciencias de la salud.
La presencia de eventos adversos o errores ha originado un importante problema de salud pública, por su frecuencia, por sus riesgos e impacto y por su tendencia, tanto los países desarrollados y subdesarrollados se han visto involucrados en estos riesgos.  Aranza (2006) nos hace referencia de incidencias analizadas en EE UU, Australia, gran Bretaña, Dinamarca, Nueva Zelanda y Canada con presencia de efectos adversos entre un 4 y 17%, de este porcentaje una cuarta parte fue grave y un 50% se consideraron evitables.  Los datos en países en desarrollo son pocos. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad del instrumental médico utilizado en estos países no es seguro; además el 77% de todos los casos notificados de medicamentos falsificados y de mala calidad se produce en los países más pobres  ocasionado en millones de  adultos y niños enfermedades prolongadas,discapacidad permanete o la muerte por vacunas inadecuadas, uso de sangre contaminada, medicamentos de mala calidad, uso de métodos no confiables e instalaciones mal equipadas. No solo ocasiona una enorme pérdida de vidas sino que tiene graves consecuencias económicas por hospitalizaciones prolongadas, demandas legales, ingresos pérdidos, discapacidad y gatos médicos.  Por lo que se considera de suma importancia conocer que es la seguridad del paciente cuales son sus  lineamientos  y que se maneja en nuestra institución (IMSS) y considerar nuevas estrategias  que pueden desarrollarse en la práctica de los prestadores de servicios en pro de una cultura de calidad  de atención.

DRA. SANTA VEGA MENDOZA
Coordinadora del Comité de Capacitación a Distancia
UMF No. 20 IMSS
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